La uva pardina es una uva blanca, perteneciente a la variedad de vitis vinífera, originaria de Extremadura, predominante principalmente en la Tierra de barros, en la provincia de Badajoz, donde es la uva más cultivada. Surge como un proceso de evolución y adaptación como consecuencia de las altísimas temperaturas del verano y la escasez de lluvias durante todo el año.
Es una planta de vocación tardía, tanto en el desborre, como en el envero y maduración, lo que la ayuda a defenderse de las heladas tardías.
Se la conoce también como Baladí, Baladí verdejo, Calagraño, Jaen blanco y Robal
Los racimos son grandes y compactos, con una longitud del pedúnculo muy corta.
Las bayas son de tamaño mediano, bastante uniformes, de forma esférica y difícil separación del pedicelo. Su epidermis es fina y su color verde amarillenta. La pulpa es blanda, jugosa y con presencia de pepitas, como en casi todas las uvas y más en las blancas, es no coloreada y no tiene sabores especiales que la distingan.
La planta de esta uva es vigorosa, de porte erguido, presentando una fertilidad muy elevada, muy productiva y racimos muy grandes. Su rendimiento por hectárea está alrededor de los 8.000Kg. Es muy resistente a la sequía y se adapta bien a suelos poco fértiles y arenosos, sensible al oídio y a la botryitis, siendo atacada en ocasiones por erinosis y acariosis. No ha sido atacada por la filoxera, quizás consecuencia de los suelos arenosos que frecuenta.
Normalmente la planta se poda en vaso, por lo que la recolección suele ser manual.
Sus vinos son de poca graduación alcohólica, de color pardo, en general muy poco aromáticos y acidez media a alata.
Se suelen utilizar para vinos base de brandis y vinos generosos. Actualmente con levaduras seleccionadas y fermentación controlada, se pueden elaborar vinos jóvenes de calidad, mezclados habitualmente con Macabeo. Se parece a la Airen
Fuentes: Ministerio de Agricultura, Viveros Macaya , Cooperativa Montevirgen, Viveros Villanueva y DOP Ribera del Guadiana